martes, febrero 21, 2006

Rayuelando...

"Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar
en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida
como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que
la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para
escribirse o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico."

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