lunes, noviembre 26, 2007

Tirame las Cartas...
El fin de semana, más precisamente el sábado a la tarde, Maro, Vivi y yo, después de haber dormido hasta las 14.17hs, después de haber almorzado, después de haber visto nuevamente "Volver al Futuro (1ra parte)"y haber recitado todos los diálogos de memoria, y también después de varios intentos, nos cambiamos, pasamos por la panadería y llegamos a la casa de Lili (la casa de la tía de Vivi, que queda a pasitos de la mía). Tomamos unos mates y comimos cremona y tortitas (las tortitas son una de esas cosas de panadería con grasa y azúcar muy ricas), mientras Lili nos contaba como llegó María Marchi a su vida, y algunas anécdotas de su adolescencia.
Todo eso para que Lili tire las cartas...

Planteados algunos temas por la persona a la que le iban a tirar las cartas, Lili paso por algunos lugares en el transcurso de "la tirada": pasado inmediato, el ahora, futuro inmediato. Básicamente hablaba de donde estaba parado uno respecto al tema del que se le había preguntado, y cuales eran las tendencias o predisposiciones respecto a eso, digamos: las cartas con las que uno cuenta para jugar.
También habló de auto-boicots, de enrosques, de ponerle más (o menos) razón de la necesaria, de tiempos, de ansiedades, de estructuras que romper, de ciclos.
Uno de los puntos clave fue la decisión. El poder de decisión que uno tiene frente a todo eso, que uno no es un sujeto sujetado a su destino inmodificable. Es uno el que decide usar esas cartas (o no), y el como usarlas.
Durante y luego de la tirada de cartas, se hicieron comentarios recurrentes que tenían que ver con lo parecido a una sesión de terapia, en cuanto a la influencia que tiene uno mismo en todo esto, aunque suene a obviedad. A veces uno le adjudica mucho al plano de lo mágico, de las coincidencias cósmicas y todo eso que nos gusta tanto, pero nos olvidamos que somos nosotros lo que elegimos (conscientemente o no) romper con las estructuras para pasar a otra etapa o quedarnos con lo que conocemos.

Y otro tema que se me cruzaba por la cabeza respecto a esto último, era que tanto la psicología o el tarot, o lo que sea, son herramientas que usan personas con ciertos dones de percepción, utilizados para ayudar a encausar a otras personas.

Para finalizar este cúmulo de ideas no tan sueltas, me gustaría compartirles un fragmento de El libro de los amores ridículos de Milan Kundera:
"El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo. Y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido".